Esta vivienda de pueblo en Burjassot ha sido completamente rehabilitada, respetando su esencia original pero dotándola de una estructura reforzada y unas instalaciones completamente nuevas. La intervención ha sido integral, con el objetivo de garantizar la estabilidad y funcionalidad de la vivienda a largo plazo, mejorando tanto su seguridad estructural como su distribución interior. El primer paso de la obra consistió en reforzar la estructura existente, ya que el paso del tiempo había deteriorado algunos de sus elementos portantes. Para ello, se ejecutó un refuerzo integral de muros y cimentación, asegurando una base sólida sobre la que trabajar. Posteriormente, se procedió a la demolición del forjado de la planta primera, que presentaba signos evidentes de fatiga estructural. Se construyó un nuevo forjado con materiales resistentes y de alta calidad, mejorando la estabilidad y capacidad de carga de la vivienda. La cubierta también fue objeto de una rehabilitación en profundidad. Se reforzó su estructura para garantizar su durabilidad, mejorando el aislamiento térmico y la estanqueidad para proporcionar mayor confort en el interior de la vivienda. Además, se llevó a cabo una redistribución completa de los espacios interiores, adaptándolos a las necesidades actuales y mejorando la funcionalidad de cada estancia. Paralelamente, se realizó una renovación total de las instalaciones, incluyendo la instalación eléctrica, fontanería y climatización, garantizando eficiencia energética y cumpliendo con la normativa vigente. El resultado es una vivienda completamente renovada, que conserva el encanto de las casas tradicionales de pueblo pero con una estructura sólida y adaptada a los estándares modernos de confort y seguridad.